11 de diciembre de 2010

Libertad de expresión: herramienta para la paz

Experiencia de comunicación alternativa desde el campo colombiano

Por: Andrés Monroy Gómez*
 A propósito de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos y el papel clave que cumple la libertad de expresión en las sociedades democráticas, resulta motivador ver la labor que cumplen organizaciones campesinas en Colombia, a través de estrategias de comunicación propias. Se trata de la instrumentalización de la libertad de expresión como herramienta para la paz.



Desde 1950, cada 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, luego de que en la 317ª sesión plenaria celebrada 4 de diciembre de ese año, la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a todos los Estados y organizaciones interesados, a adoptar ese día para celebrar la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.

Esta Declaración incluye dentro de los derechos cuya garantía es elemental en la consolidación de los Estados democráticos, el de la libertad de expresión en los siguientes términos: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

La importancia de la libertad de expresión va de la mano con los avances de las tecnologías de la comunicación, que permiten escuchar la voz de quienes durante muchos años sufrieron el silencio impuesto por sectores que se nutren de la impunidad y la injusticia social. No en vano el Preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos considera que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias…”.

Ejemplo de la expresión libre como herramienta de paz

Colombia se encuentra en el puesto 145 de 178, en la clasificación mundial de libertad de prensa (2010) realizada por Reporteros Sin Fronteras. Los asesinatos, amenazas, desplazamientos, presiones económicas, acoso judicial y agresiones físicas son algunas de las conductas que afectan a quienes deciden informar a la sociedad sobre los hechos que afectan la realidad colombiana.

En medio de este complejo panorama, tomarse la palabra para denunciar, para expresar las inconformidades y esperanzas, es el trabajo hecho por la Agencia de Prensa Rural (APR), con su lema “Desde Colombia con las comunidades campesinas en resistencia”. Esta iniciativa de comunicación alternativa transmite la información de organizaciones campesinas colombianas, cuyo portal inició actividades el 21 de julio de 2003. La APR le apuesta a los procesos “de formación de corresponsales rurales y de construcción de medios en algunas regiones del país”, con cerca de diez organizaciones campesinas como parte del proyecto y voluntarios que colaboran con artículos.

Cesar Jerez, fundador y redactor de APR señaló durante el “encuentro nacional de medios de comunicación independiente y alternativos para el fortalecimiento de la paz en Colombia” realizado el pasado 3 de diciembre, que la APR inició como la alternativa de comunicación de las víctimas del conflicto armado en la región del Magdalena Medio. Es por ello que se identifican como hijos de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra – ACVC, mientras que llama la atención en que la dinámica del conflicto ha llegado incluso a crear términos geográficos, puesto que el “Magdalena Medio” es la denominación dada desde el dialecto militar para determinar ciertas zonas de operaciones.

Volviendo a los inicios de la APR, Jerez recuerda cómo la pretensión inicial era elevar las denuncias por violaciones a los derechos humanos, al menos ante la opinión pública local, dada la indiferencia de los medios de comunicación tradicionales. Para esto, comenzaron con un programa radial, “La Marcha Radio” que no estuvo exento de las presiones del ejército, donde se llegó a proponer la revisión previa del contenido de los programas por parte de los militares. Hoy la agencia cuenta con los siguientes medios: Periódico Tierra, la Revista La Marcha, la Revista Prensa Rural y el programa radial “La Marcha Radio”. Para el 2011 tienen proyectado iniciar un programa de televisión en el canal regional Telepetróleo.

Actualmente la APR cuenta con el apoyo de la Alcaldía de Barcelona, gracias a un proyecto gestionado por la Asociación Catalana por la Paz - ACP, el respaldo de la Fundación Solidara del sindicato catalán CSC Intresindical y del Colectivo Maloka de Barcelona.

El trabajo de comunicaciones realizado por la APR fue relevante para que la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra fuera galardonada con el Premio Nacional de Paz 2010. Este reconocimiento se da luego de 14 años de lucha por las reservas campesinas y por la paz, tiempo en el cual varios de sus integrantes fueron asesinados y otros han sido víctimas del acoso oficial y paramilitar. En el 2008 se denunció un montaje y persecución “judicial que llevó a seis dirigentes de la ACVC a la cárcel y a otros tantos al exilio está motivada en parte por el malestar que en las instituciones militares ha generado la labor informativa desempeñada por Prensa Rural. Los informantes pagados con dinero público se refieren en sus versiones a nuestro trabajo como a una labor desarrollada por la guerrilla para calumniar, injuriar, desprestigiar y desacreditar al ejército”.

El fundador de la APR plantea la como reflexión el deber ético que tenemos como ciudadanos, consistente en no permitir que la única fuente de información sobre las violaciones a los derechos humanos sean los voceros de las Fuerzas Militares, quienes en innumerables ocasiones con sus comunicados buscan legitimar sus abusos. Jerez concluye esta idea afirmando que “lo importante es que las organizaciones sociales podamos comunicar”.

Es oportuno recordar que la Corte Constitucional colombiana afirmó que “No le basta al Estado con no atentar contra la libertad de información, puesto que además de respetarla, debe proteger su ejercicio libre y garantizar la circulación amplia de información, aun de aquella que revele aspectos negativos del propio Estado o la sociedad”.

La labor de la Agencia de Prensa Rural es una muestra de cómo el derecho a expresarse libremente puede y debe ser una de las herramientas a disposición de la sociedad para proteger los demás derechos. La posibilidad de hacer de la libre difusión de informaciones una estrategia de lucha contra las violaciones a los derechos humanos permite crear lazos de solidaridad y enfrentar los abusos de quienes aplican conceptos anacrónicos de orden y seguridad nacional.

Enlace de interés

La libertad de expresión en la legislación internacional


*Artículo escrito para Bottup

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